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Jan De Vos (1936-2011): Vive en la constante resignificación de la historia de Chiapas
El Heraldo de Chiapas
26 de julio de 2011
MARIO NANDAYAPA
Eraclio Zepeda me habló por teléfono por la mañana de este domingo luminoso -que dejó de serlo-, su voz denotaba ese dejo de tristeza cuando hay una fatídica noticia: el historiador Jan De Vos, pero ante todo amigo, un día antes había fallecido en la ciudad de México a los 75 años (1936-2011). La memoria activa cierto dispositivo que me lleva a recordarlo. Tengo la fortuna de contar con toda la bibliografía existente de Jan, y entre los documentos apreciados está la tesis doctoral en original de lo que devendría "La Paz del Dios y del Rey", pero mi amistad con él es lo que conservo con más cariño. Lo traté en primera ocasión en el año de 1988, aunque ya había leído su obra publicada para ese entonces, el encuentro fue en las oficinas de la revista Ámbar (ubicada en lo que hoy es el restaurante "El Garabato", Tuxtla Gutiérrez); el amigo común que nos presentó fue Carlos Román García, hombre de ágil inteligencia, monumental memoria y de conversación siempre a pleno vuelo; por cierto, gracias a Carlos fue posible que Jan realizara la investigación que culminaría en su último libro publicado "Vienen de lejos los torrentes. Una historia de Chiapas", recuerdo conversando con De Vos, él enfatizaba que este libro es una versión de la historia de Chiapas, como pueden haber otras.
Jan De Vos Van Gerven nació en Amberes, Bélgica, el 17 de marzo de 1936 y falleció en la ciudad de México, el 23 de julio del 2011. Vivió en México desde 1973, la mayor parte de este tiempo en Chiapas. Doctorado en historia por la Universidad Católica de Lovaina, hizo también estudios de posgrado en Teología católica (Lovaina) y protestante (Tubinga). Se dedicó a estudiar el pasado colonial y más reciente del Sureste mexicano en general y de Chiapas en particular.
Sus especialidades fueron la historia regional, la etnohistoria y la ecohistoria, que se traducen en importantes libros como: "Fray Pedro Lorenzo de la Nada", "La batalla de El Sumidero", la trilogía sobre la Selva Lacandona ("La Paz del Dios y del Rey: La Conquista de la Selva Lacandona, 1525-1821", "Oro verde: la Conquista de la Selva Lacandona Por los madereros tabasqueños, 1822-1949" y "Una tierra para sembrar sueños: Historia reciente de la Selva Lacandona, 1950-2000", entro otros títulos de igual importancia.
Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, y miembro correspondiente de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Por su trabajo de historiador recibió varias distinciones, entre ellas la condecoración por el gobierno belga como Caballero en la Orden del Rey Leopoldo (2003) y el Premio Chiapas en Ciencias (1986).
Afortunadamente el pasado 30 de marzo, el Centro de Investigaciones de Estudios Superiores en Antropología Social, en San Cristóbal de Las Casas se le rindió un homenaje por sus 75 de existencia y 30 años de publicar, donde participaron Witold Jacorzynski, Yolanda Palacios Gama, Carlos Hernández y Virginia García.
En el último libro de Jan: "Vienen de lejos los torrentes", incidentalmente participa Eraclio Zepeda, ya que a partir de un texto de su autoría será empleado como el título de esta monumental obra de Vos, quien al respecto comenta en la introducción del mismo: "El título del libro -Los torrentes de la sierra- estaba tomado de la última frase de un texto escrito para la ocasión por Eraclio Zepeda. Al leerlo, me nació la idea de tomar prestada la imagen allí expuesta y ponerla como encabezado a este libro mío que ahora presento. Eraclio, en su cuento, sólo quiso evocar la actuación de aquellos indígenas rebeldes que el 1 de enero de 1994 tomaron por las armas a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
En cambio, en mi texto, los torrentes de la sierra se convierten en una herramienta para explicar el devenir de la sociedad chiapaneca en su conjunto. En efecto, si en su curso actual lleva mucha agua turbulenta y sucia, es a causa de las lluvias y deslaves que se produjeron, desde hace mucho tiempo, en la serranía de su pasado. Empleo así una técnica muy antigua y muy común en la historiografía: explicar los sucesos por sus antecedentes. Agradezco a Eraclio el haberme permitido reproducir, in extenso, su texto Viene de lejos. No puedo concebir mejor manera de introducir el mío (...)
Se me antoja retomar la metáfora creada por Eraclio Zepeda y visualizar el pasado chiapaneco como un río cuyas aguas, al bajar, configuraron, sucesivamente, cinco grandes corrientes, que se convirtieron, en algún punto del recorrido, en torrentes. Estos últimos representan turbulencias espectaculares que conmovieron la sociedad chiapaneca en cinco momentos importantes de su historia. Fueron llamativos en extremo, porque estuvo de por medio el uso de las armas y de las proclamas, ambas altisonantes. El más reciente de ellos fue el que se menciona en el cuento arriba citado: la guerra que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional declaró, a finales del siglo 20, al "mal gobierno" estatal y nacional. El primero fue el sometimiento de la población indígena local por unos cuantos conquistadores españoles, en los años 20 y 30 del siglo 16. Y en el extenso intermedio que separa estos dos episodios se dieron otros tres: la sublevación de los pueblos de Los Zendales contra la autoridad colonial, a principios del siglo 18; la participación de los criollos en la insurgencia independentista americana, a principios del siglo 19; y la resistencia armada ante la llegada de las tropas carrancistas por parte de criollos, mestizos e indios por igual, a principios del siglo 20. Con excepción del primer momento, totalmente imprevisto, los demás fueron reacciones a situaciones conflictivas de larga duración. De allí también la imagen de las corrientes, a veces apacibles, a veces movidas, que el río chiapaneco formó entre torrente y torrente. Se trata de periodos relativamente extendidos en el tiempo, durante los cuales la sociedad chiapaneca se desenvolvió de manera más tranquila. Lo que no significa que no experimentó alteraciones profundas, aunque no tan convulsivas como en el caso de los revuelcos violentos.
Esta trayectoria, representada como un río que baja de una serranía, será la periodización que utilizaré aquí, porque considero que se acomoda bien al devenir de Chiapas. Invito a mis lectores para que exploremos juntos ese río chiapaneco a lo largo de su recorrido centenario. Habrá oportunidad para estremecernos ante el espectáculo de los cinco torrentes, como si fueran dramas actuados por un número reducido de protagonistas con nombre y apellido. Pero habrá también ocasión para navegar por las cinco corrientes, es decir, indagar detenidamente las coyunturas que precedieron a las caídas de agua y las nuevas que se formaron a consecuencia de ellas. De esta manera pasaremos revista a los siguientes diez escenarios..."
La mirada analítica de historiador y su nobleza de hombre, la tengo presente cuando estaba releyendo la obra de Antonio de Remesal, misma que ha sido puesta en juicio en más de una ocasión por historiadores, entre los autores que han cuestionado el trabajo están: Beatriz Suñe Blanco (Primary documents and historical chronicles: the effects of circumstances on the versions of events, España, 2003), Carmelo Sáenz de Santa María (1964), Andrés Saint-Lu (1962) y Marcel Bataillon (1952) y por supuesto Jan De Vos (Los enredos de Remesal: ensayos sobre la conquista de Chiapas, México, 1992). De manera que Jan, después de efectuar el análisis correspondiente, sugiere que la obra de Remesal sea abordada con mucha precaución "No conviene confiar ciegamente en un autor que es capaz de cometer más de treinta errores en menos de veinte páginas. Más aún: si Remesal es tan poco coherente cuando narra la conquista de Chiapas, bien puede estar equivocado cuando escribe sobre otros temas" (Vos, Jan de, 1992, Los enredos de Remesal: ensayos sobre la conquista de Chiapas, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México), en una obra posterior agrega: "Confieso que fui muy severo con el fraile dominico [Antonio de Remesal] que sufrió la cárcel en Guatemala por haber osado escribir algunas verdades sobre los poderosos de su tiempo." (Vos, Jan de, 2004, La memoria interrogada, Chiapas, México)
Es preciso resaltar una gran virtud de las crónicas no contemporáneas a los hechos narrados. Sus autores recogen y transcriben para nosotros documentos originales que en muchos casos se perdieron posteriormente y no conoceríamos hoy sin esa labor recopiladora. Fray Antonio de Remesal es un buen ejemplo de esta clase de servicio a la moderna investigación. A él le debemos muchos datos etnográficos, descripciones de ambientes naturales y humanos que no aparecen en la fría redacción de muchos documentos de archivo que fueron eminentemente burocráticos; y a Jan De Vos, le debemos trabajos capitales que nos llevan inevitablemente a resignificar la historia de Chiapas y de esa manera pervivirá en nuestra memoria por los siglos de los siglos, qué mejor que este auténtico homenaje espontáneo que nos asaltará en los momentos menos previstos en cuanto abramos un libro de su autoría o evoquemos una conversación con esa voz que dominó el torrente de datos e ideas que como chamán supo convocar a través de ciertas melodías de esa guitarra que cuelga a lo alto de su estudio, y que sonará eventualmente en las noches de lluvias de julio.
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