La caravana de la paz en Chiapas - 14 de Septiembre de 2011
Fuente:
La Caravana
del Sur
JOSÉ
GIL OLMOS
14
DE SEPTIEMBRE DE 2011
ANÁLISIS
La
Caravana de Javier Sicilia.
MÉXICO, D.F.
(apro).- Extrañamente, la caravana de la paz que durante 11 días recorrerá 3
mil 500 kilómetros del sur del país, inició de una manera fría en el Distrito
Federal y Cuernavaca, quizá por dos factores: apatía y miedo, que juntos han
ocasionado un efecto de vacío en algunas plazas de pueblos y ciudades
controladas por el crimen organizado, donde los ciudadanos apenas asoman la
cabeza para mirar el paso de 14 autobuses donde viajan 600 personas.
La caravana es
como una especie de cápsula que lleva en su interior un mensaje de paz en medio
de la violencia y la muerte. En los autobuses van familias de víctimas de la
guerra contra el crimen organizado y algunas otras que, como la hija de Lucio
Cabañas, aún sufren la represión de una guerra más vieja, la que el Estado
declaró a los grupos guerrilleros en los años setenta.
También viaja un
grupo de migrantes centroamericanos que se ha unido a la causa pacífica del
movimiento que encabeza Javier Sicilia y que ha conjuntado a cientos de
víctimas que llegan a todas las plazas a contar sus historias.
Es como una
pequeña troupe de actores que van narrando sus tragedias particulares y juntas
retratan la tragedia nacional por la que cruza el país, que en números se
traduce en 50 mil muertos, 10 mil desaparecidos y 3 mil 500 desplazados por la
guerra.
Si uno se para a
la orilla de la carretera puede ver pasar a 15 autobuses llenos de gente, que
al frente y a los costados llevan una paloma de la paz. En el contingente va
también un viejo autobús escolar con enormes bocinas, que a veces sirve de
templete en los actos o para que los fotógrafos tomen las mejores imágenes
desde lo alto del techo.
Serpenteando las
carreteras que cruzan valles, sierras y montañas, la caravana de la paz lleva
en su interior las historias de injusticia, impunidad, horror y desolación que
les han dejado sus muertos y desaparecidos.
Al llegar al
sur, esas historias se juntaron con las historias seculares de marginación,
pobreza, violencia institucional y olvido.
Son historias
que, como en el caso de Guerrero, se funden con las nuevas, creadas por el
miedo que en los ciudadanos han instalado los grupos del crimen organizado, que
en cuatro años han dejado casi 3 mil muertos y decenas de desaparecidos en la
entidad, de acuerdo con el Comité de Muertos, Desaparecidos y Secuestrados del
estado.
Todo eso ha
perdido el interés para un sector de la prensa mexicana, que absurdamente ha
puesto en primer lugar las campañas preelectorales y ha dejado a un lado las
consecuencias de la incapacidad e ineficiencia de la clase política nacional,
que está más atenta a sus propios intereses que a los de los ciudadanos.
Un claro vacío
han creado sobre todo Televisa y Televisión Azteca, totalmente ausentes de la
cobertura diaria de la caravana y sus víctimas. No enviaron a uno solo de sus
reporteros y apenas se cubren con algunas notas de sus corresponsales en las
principales ciudades.
Mientras tanto,
algunos diarios dejaron de enviar fotógrafos y reporteros, haciendo un vacío en
sus páginas, donde ya no incluyen las historias de quienes han sido víctimas de
una guerra absurda que día a día cobra más muertos y desaparecidos.
Curiosamente, en
Oaxaca algunos reporteros cuestionaron a Sicilia por la poca difusión de la
caravana en los medios, y en una jugada de palabras el poeta reviró: “Ustedes,
los medios, son los que deberían responder a esta pregunta: ¿Por qué ya no les
interesan las víctimas? ¿Por qué le dedican más espacio a los políticos y no a
la gente?”.
La pregunta es
un ejercicio de mayéutica, porque al regresar el cuestionamiento hace ver a
ciertos medios en su juego perverso de seguir la dinámica de los políticos, los
principales responsables de la tragedia nacional y del miedo que ha provocado
el crimen organizado.
No es gratuito,
entonces, que haya apatía y miedo en muchas plazas por donde ha cruzado la
caravana de la paz en su periplo por el sur del país.
Al crear un
vacío informativo, estos medios están reproduciendo el clima de terror que han
edificado los grupos del crimen organizado, ya que les interesa más destacar la
declaración o las notas rojas que la propuesta de paz de este grupo de hombres
y mujeres que van recorriendo el país, consolando a otros que como ellos sufren
las consecuencias de los errores de la clase política nacional.
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