septiembre 25, 2011

Sicilia se repliega y las víctimas toman la protesta


La caravana de la paz en Chiapas - 16 de Septiembre de 2011





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Sicilia se repliega y las víctimas toman las riendas de la protesta

PARIS MARTÍNEZ

Luego de esperar más de cinco horas, y tras de aguantar dos tandas de lluvia a la orilla de la carretera, dos centenares de velas se encienden a las 23:00 horas de este viernes, para saludar a la Caravana de Paz en su arribo a Palenque, Chiapas, y con ellas iluminar la penumbra en la que desde un día antes quedó enfrascado el Movimiento encabezado por el poeta Javier Sicilia.

 
Sicilia en Oventic. Foto: Cuartoscuro.

“Esta luz ilumina nuestros corazones y nos ha despertado nuevamente la confianza y la esperanza”, clama emocionado el padre Gonzalo Ituarte, de la Diócesis de San Cristóbal, mientras avanza junto con la procesión de víctimas por la avenida principal de Palenque, acompañadas por los pobladores que entonan la letanía “Nuestro caminar”, en una marcha engrosada a cada paso por nuevos ciudadanos que se van adhiriendo en el trayecto al centro, apenas murmurando la copla “Da lugar a la esperanza / Da lugar a la alegría / No tengas temor de ser feliz / Y ver nacer el nuevo día”, convertida en un rumor que se impone a cualquier otro ruido de la calle, amplificado por un millar de voces.

Oventic, round II

Luego de que en Oventic se suscitara un segundo desencuentro entre Sicilia y algunos reporteros, por admitir sólo al representante de la revista Proceso (con la que el poeta colabora) en el diálogo “privado” que sostuvo con la Junta de Buen Gobierno de este municipio zapatista, Sicilia se repliega y, por el resto del día, cede su puesto al frente de la Caravana a otros dirigentes civiles: en Ocosingo, a los padres Ituarte y Solalinde. En Palenque, a Julián Lebarón, Amanda Puente y fray Tomás González.

En Ocosingo, de hecho, el poeta no hizo acto de presencia, por retrasos atribuidos al mal estado de las carreteras, mientras que en Palenque el poeta llega directo a la plaza municipal, para dirigir un breve saludo, y aclarar que “aunque no vamos a recuperar a nuestros hijos, (con la movilización ciudadana) ganamos fuerza para decirle a los señores de la muerte que somos más grandes que ellos”.

Así, la mayor intervención del poeta este viernes es, precisamente, el mensaje dirigido al mediodía a las autoridades civiles de Oventic, tres hombres y tres mujeres encapuchados, que reciben a la comitiva de víctimas (una docena en total), con la advertencia de que “nosotros no diremos nada, sólo los escucharemos”.

Ahí, el padre de Juan Francisco Sicilia, asesinado junto con cinco amigos en marzo pasado, narra a los rebeldes la manera en que “venimos caminando desde hace cinco meses: recorriendo el país, recogiendo dolores, consolando y consolándonos de tantos desprecios, de tantos agravios, gastando el alma y las suelas, para encontrarlos y abrazarlos a ustedes, cuyos dolores y agravios son más antiguos que los nuestros”, además de, como ha venido haciendo desde que la Caravana partió de la Ciudad de México, sumarse a la exigencia de cumplimiento a los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal, durante la gestión de Ernesto Zedillo, e “incumplidos” hasta la fecha.

La respuesta de los representantes civiles del EZLN fue corta, pero tajante, casi como una orden: “Sigan adelante”.

 
Javier Sicilia encabezó un acto solemne llamado "Grito de dolor" donde guardaron un minuto de silencio. Foto: Cuartoscuro.

Ocosingo, la guerra y la paz…

Mientras Sicilia y varias decenas de reporteros se separan de la Caravana para partir a Oventic, al tan anunciado encuentro con el EZLN (y en el que en algún momento se manejó la posibilidad de que estuviera la cúpula militar zapatista, incluido el sumcomandante Marcos), el resto del convoy sigue el itinerario con rumbo a Ocosingo, el municipio en el que, en 1994, se vivieran los más cruentos enfrentamientos entre los indígenas alzados y el Ejército Mexicano.

Justo en el mercado que entonces sirvió de trinchera a los zapatistas, este viernes se concentraron caravaneros y pobladores, rodeando el templete colocado ahí donde militares fusilaron a nueve guerrilleros hace 17 años, cuyos cuerpos fueron hallados amordazados y con el tiro de gracia, y en cuya memoria, antes de iniciar el acto, se rindió un minuto de silencio.

En esta localidad, el padre Alejandro Solalinde aclaró que la Caravana viene a Chiapas a hermanarse con las víctimas de la violencia en el estado, pero, particularmente, a “aprender de ustedes, de su resistencia, de su fe y de su esperanza, pero sobre todo aprender de algo muy importante: su capacidad organizativa. La protesta sola, la indignación sola, no bastan; soñar, sin organizarse, es una pesadilla a largo plazo. Por eso, venimos a aprender de ustedes organizarnos y a crear redes de unidad.”

El religioso, avocado a la defensa de los migrantes latinoamericanos que cruzan por Chiapas en su ruta hacia Estados Unidos, aprovechó además para formular un agradecimiento personal, ya que los pobladores de Ocosingo le proporcionaron dos capacitadores indígenas, Juana y Antonio, que desarrollaron con los migrantes del Albergue Hermanos en el Camino un proyecto agroecológico que ya se encuentra en operación.

“Nunca se me va a olvidar -narró Solalinde-, cuando fuimos al mercado a comprar las cosas que ellos necesitaban, y yo les dije: ‘Juanita y Toño, no se les olvide llevar una libretita para que vayan anotando los gastos’ y dijeron ellos: ‘No se preocupe padre, nosotros usamos Excel”. Ya se imaginarán cómo me sentí, chiquitito. ¡Viva Ocosingo!”

 
Mitin en el mercado. Foto: París Martínez.

Palenque, la resurrección…

La lluvia cae con tal ímpetu, que dificulta la visión más que la noche misma. La carretera se ha desgajado en dos puntos, obligando a los vehículos a zigzaguear y trenzarse en un solo carril por el que se va y se viene y cuando el camino parece perderse en la oscuridad, a lo lejos se enciende una luciérnaga.

Primero son una o dos luces en la lejanía, luego diez o veinte y pronto es una nube de pequeñas llamas flotando sobre el pavimento, que levanta la alegría de los caravaneros, decaídos por las diez horas de camino y por el desconcierto que han provocado los últimos tumbos organizativos de la movilización (la gresca entre Sicilia y dos reporteros, el jueves; las fallas en el resguardo de los manifestantes, evidenciada por la incursión de desconocidos en las zonas donde han acampado, así como los retrasos de varias horas en el programa de actividades).

Se trata de la feligresía católica de Palenque, dirigida por el padre Alberto, quienes reciben a las víctimas de la violencia con cantos, como el Himno a la Alegría, el Canto de los Mártires, Nuestro Caminar, Cómo hablar de paz y La paz es fruto de la justicia, himnos todos que forman parte de sus ritos habituales.

Cobijados por ellos, la marcha surca el pueblo.

“Aquí con nosotros -afirma el padre Alberto-, avanza también la memoria del Tatic Samuel (se refiere a Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, fundador de la Teología de la Liberación en el sureste mexicano y de reciente fallecimiento), a quien conocemos como El Caminante, incansable luchador por la paz. Sí, Tatic Samuel viene aquí junto a nosotros.”

Luego, ya en el templete colocado en la plaza central, el padre Alberto anuncia la adhesión de “las seis parroquias que comprenden la zona chol (Palenque, Playas de Katasajá, Salto del Agua, Tila, Sabanilla y Tumbalá) a todas las demandas y denuncias de esta Caravana, bajo la idea cristiana de que se acabe esta guerra, que está destruyendo el corazón de nuestra patria”.

 
Fray Tomás González, Solalinde y Álvarez Icaza. Foto: París Martínez.

Tocó entonces el turno a fray Tomás González, de Tenosique, Tabasco, quien con un grupo de migrantes centroamericanos denunció el acoso que sufren los latinoamericanos indocumentados en su paso por México, principalmente a manos del Instituto Nacional de Migración, “en donde pese a los cambios recientes, persiste la estructura de corrupción”.

De hecho, se denunció, fray Tomás recibió el pasado viernes una amenaza de muerte a través de una llamada telefónica, realizada por personas que se identificaron como familiares del exdelegado del INM en Tenosique, Erick Gutiérrez Cosío, hoy prófugo tras habérsele denunciado recientemente por la presunta violación de una adolescente centroamericana y, pese a lo cual, no pierde el buen humor. “Venimos desde Tabasco -afirma- para sumarnos a esta Caravana de Paz, venimos un grupo de migrantes que se distinguen porque no nos hemos bañado en dos días.”

Sin embargo, luego de las risas, la angustia se posa sobre los rostros de quienes le escuchan: “México -afirma- es un gran sepulcro de migrantes, que sufren violaciones sexuales lo mismo mujeres que hombres, mutilación, tortura, violencia verbal, asesinatos…” Para luego, en entrevista, narrar que los testimonios de los centroamericanos son de un dramatismo irracional, que, por ejemplo, mujeres plagiadas por el crimen organizado y luego rescatadas “han narrado que las obligan a protagonizar peleas a golpes, para diversión de los criminales… Somos testigos de que en las delegaciones del INM en Tabasco y Chiapas opera un verdadero crimen organizado, tenemos pruebas de que existe una red de extorsión, trata de personas, encubrimiento, corrupción e impunidad, personal y agentes federales del INM son los principales responsables junto con los tres niveles de gobierno, de que la ruta ferrobiaria entre Tabasco y Chiapas sea hoy la más peligrosa del país. Estamos frente a un verdadero holocausto, compable con las peores tragedias de la humanidad.”

 
Foto: París Martínez.

Vuelven las víctimas al frente

Palenque se cimbró ayer con Araceli Ramírez las lágrimas de Araceli, hermana del maestro Carlos René Román Salazar, desaparecido desde el 14 de marzo de 2011 en la ciudad de Oaxaca, caso sobre el cual “la procuraduría estatal no nos da ninguna solución, siempre que preguntamos nos dicen que no tienen datos, que no hay pistas”.

y a su voz se sumaron las de Rosa, que a los 20 años fue asesinada por su ex pareja, un militar chiapaneco, frente a su madre y hermana, “fui a denunciar, pero las autoridades de mi comunidad no me hicieron caso, solo se burlaron de mí, fue así que en agosto pasado, perdí la vida y la posibiidad de ver crecer a mi hija, mientras el asesino sigue libre”. También, por conducto de familiares, se escuchó a Sabina Patricia, universitaria, indígena, activista y madre de un pequeño, “yo también me casé con un militar y, después de años de ser maltratada física y sicológicamente, decidí abandonarlo, pero él me siguió molestando, y amis 24 años, el 2 de abril de 2008, me mató, frente a la universidad, y aunque en mi caso se logró una buena sentencia condenatoria, esto no suele suceder”.

 
Altar simbólico por feminicidios en Chiapas.Foto: París Martínez

En los últimos cinco años, en Chiapas han sido asesinadas mil 456 mujeres, y sólo en 14% de los casos existe actuación ministerial, pero en la mayoría sin sentencias condenatorias.

 
Gustavo Castañeda, desaparecido por policías de NL. Foto: París Martínez.

También se escuchó a Amanda Puente, madre de Gustavo Castañeda, desaparecido el 25 de febrero por policías de Nuevo León que tripulaban las patrullas 534, 538 y 540, y quien, en medio de su dolor, se congratuló porque, a partir de que se sumó a la Caravana de Paz, “las autoridades sintieron la presión y empezaron a investigar, hasta que hace algunos días nos comunicaron que, efectivamente, los responsables de la desaparición de mi hijo eran efectivamente los policías que señalamos hace seis meses y dos días, uno ya confesó y otro permanece dettenido… habrá que ver”.

“No se trata de un cambio en la estrategia de comunicación del Movimiento -asegura Emilio Álvarez Icaza, al acompañar a Sicilia a su hotel, tras su breve participación en el acto de Palenque- siempre hemos tratado de darle voz a más víctimas, visibilizar a partir de esto otros dolores y queremos poner énfasis en eso.”

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